Fuente DIARIO LIBRE
El
ex pelotero dominicano Sammy Sosa habría sido estafado por 21,3
millones de euros por una pareja financista alemana que se encuentra
procesada por la justicia germana. El juicio fue abierto esta semana en
la ciudad de Aichach-Friedberg.
De
acuerdo con un reporte del periódico Augsburger Allgemeine, Sosa
buscaba financiamiento para un proyecto de construcción de viviendas en
Panamá cuando conoció a la pareja.
El
juez que tiene a su cargo el caso, John Ballis, está convencido de que
la pareja teutona es culpable. Sosa, de 47 años, no es el único afectado
por el caso.
La
pareja acusada, que vivía en Madrid y fue arrestada el nueve de
diciembre pasado en la capital española, reclutó a Sosa con la promesa
de elevar su inversión de forma considerable. El 26 de septiembre de
2014, cuando tuvieron el encuentro donde se cerró el negocio,
prometieron elevar sus ganancias en 10 meses a 300 millones de euros a
través de las famosas transacciones de “compra y venta” con el único
requisito de que el petromacorisano debía entregar 21,3 millones de
euros.
Según
el expediente, Sosa aportó el dinero cuatro días más tarde a través de
una cuenta de un banco español. Una firma de abogados, que actuó como
testigo, reconoció el recibo.
Pronto,
casi 20 millones de euros fueron transferidos a la compañía de un
corredor de bolsas australiano. Andy K., el broker australiano convenció
a Sosa de un muy razonable negocio. La garantía de la inversión estaba
basada en la compra y venta de acciones con ganancias de un 40% por
semana.
El
27 de enero de 2015 se enviaron a las cuentas de la mujer alemana 14
millones de euros de un banco australiano, desde donde fueron enviados a
una pareja en Austria el mismo día.
A Sosa se le habrían entregado 1,3 millones de acciones de la compañía, las cuales son inútiles, de acuerdo al fiscal.
La
mujer es una madre de seis hijos y tiene 49 años. Previamente sirvió en
el servicio civil y recientemente fue consultora financiera. El hombre,
un ex corredor de bolsas, tiene 60 años y en 1987 se declaró insolvente
por apostar de forma agresiva a la especulación de la moneda de Nueva
Zelandia. (Diario Libre)