Han pasado ya casi 25 años desde que la diva chicana del Tex Mex abandonó la tierra dejando un legado de música y melancolía entre sus millones de fanáticos que continúan recordándola, bailando sus temas y consumiendo los productos mediáticos que de ella se siguen produciendo, como sus recientes teleseries y la ya icónica película de los años noventa.
Pero el asesinato que dio paso a su leyenda, además de ser un referente cultural para la comunidad chicana, también estuvo en cierta forma relacionado con otra tragedia.
Corría 1995 y a pocas semanas de haber ocurrido el asesinato de Selena, los preparativos para su biopic no se hicieron esperar: la industria quería apresurarse a capitalizar el momento y de paso, homenajear a la mujer que abrió la brecha para que otras mujeres latinas brillaran en la escena estadounidense.
Fue así que la propia familia Quintanilla tomó las riendas de la película al enterarse de que otras casas productoras estaban planeando producir versiones no autorizadas.
JLO saltó a la fama gracias a su participación en la biopic de Selena, a partir de la cual consideró iniciar una carrera también como cantante y no solo de actriz.
Dirigida por Gregory Nava para Warner Bros., ‘Selena: The movie’ inició su preproducción. Al casting para dar vida a ‘la hija favorita de Corpus Christi’ acudieron más de 20,000 actrices y admiradoras de la diva, por lo que la selección fue difícil para el equipo involucrado.
Antes de elegir finalmente a una emergente Jennifer Lopez, en las audiciones que se realizaron en seis ciudades estadounidenses e incluso contemplaron la participación de otras figuras como Salma Hayek y Bibi Gaytán, una chica ya había dado de qué hablar por su sorprendente parecido físico a Selena Quintanilla.
Gloria de la Cruz, una mujer californiana conocida localmente como ‘la doble de Selena’, audicionó para el papel y aunque no había sido considerada para avanzar en la elección, su evidente parecido la puso en la mira.
Meses más tarde, misteriosamente su cuerpo fue encontrado en un contenedor de basura en el distrito de Wilshire, en Los Angeles: su asesino la estranguló y le prendió fuego, en un hecho que conmocionó a la comunidad latina en su momento.
La mujer vivía en la comunidad de El Río y fue vista por última vez asistiendo a una fiesta en Oxnard con sus amigos, la noche del 21 de abril de 1996, pero no fue sino hasta febrero de 1999 cuando Corrie Rabinson, un hombre con antecedentes de violencia contra las mujeres, fue sentenciado a cadena perpetua por su responsabilidad en el caso.
Aunque negó el hecho, las autoridades creen que Corrie -quien una vez salió con Gloria- la violó y la estranguló hasta matarla en el garage de su abuela en Oxnard, para después subir su cuerpo al maletero de su coche y conducir hacia Los Ángeles, donde lo arrojó a un bote de basura.
Aparentemente vertió gasolina y encendió un cerillo, dejando el cuerpo tan quemado que las autoridades tardaron 17 días en identificar su identidad.
Finalmente, Robinson fue condenado por la evidencia circunstancial que incluía su ADN y sangre encontrados en la víctima.
Existen versiones que vinculan a Gloria de la Cruz nombrándola también como Leticia Miller y atribuyéndole la misma historia. (Foto: Pinterest Angelena Kelley)
No es el único acontecimiento lamentable vinculado a la película, pues Rebecca Lee Meza, la exactriz que encarnó a la diva en su infancia, declaró en 2017 haber sufrido bullying y maltrato en su círculo social.
“Cuando regresé a la escuela tenían mucha envidia mis compañeros. Nosotros recibimos bastantes amenazas de muerte. Cuando llegué al grado 10, me golpearon tan feo, me quebraron la nariz y parte del ojo”, comentó la intérprete a Telemundo, quien incluso reveló que era tal el acoso por parte de sus compañeros que le confesaron que era adoptada cuando ni ella misma conocía la situación.
Aunque hoy ha cambiado de nombre a Becky Burden y es trabajadora social, entre sus planes está escribir un libro contando su historia a fin de crear conciencia y prevenir a los padres de niños actores.