Desde el anunció del embarazo de Meghan Markle, la familia real se encuentra viviendo un momento muy feliz.
Todos esperan ansiosos al bebé que viene en camino. Pero, lamentablemente el hijo de los duques no podrá ser considerado príncipe o princesa.
La razón se debe a una vieja ley establecida por el rey Jorge V en 1917. El recién nacido no alcanzará este grado a menos que la reina firme las llamadas "cartas patentes" con las que expresamente decide conceder ese título nobiliario.
Cuando la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, quedó embarazada de su primer hijo, la soberana emitió esas cartas para asegurar que los hijos de la pareja llevasen el título de príncipe o princesa.
Se estima que Isabel II podría hacer lo mismo con los hijos de su nieto Harry, quien es sexto en la línea de sucesión, después de su padre, el príncipe Carlos, su hermano, el príncipe William, y sus tres sobrinos, los príncipes George, Charlotte y Louis.
Los títulos de príncipes fueron reducidos por el rey Jorge V (1865-1936) para el círculo más cerrado de la familia real, los primeros de la línea sucesoria, por lo que, sin la firma de esas cartas patentes por parte de la monarca, no pueden ser concedidos.
Sin embargo, los hijos que tengan Harry y Meghan serán tratados como "lady" o "lord" y el apellido Mountbatten-Windsor.