Por Miguel Melenciano
No
quería referirme más al manido tema y litis judicial en que se
encuentran envueltos Vidal Cedeño, Niní Tavarez y Manuela Tavarez,
(Fefita la Grande).
Por
ello, aunque he tenido todas las informaciones calientitas, desde que
salen del horno judicial, decidí dejar, que sean otros los que
proporcionen, lo que paso a paso se va sucediendo en el camino de este
innecesario conflicto.
Pero
cuando uno lee y analiza ciertos escritos, no puede dejar
–lamentablemente- de retomar el tema de Fefita, Vidal y Niní, en el
entendido de que no podemos permitirnos, que se juegue con la verdad, de
forma descarada, y que se pretenda confundir los lectores de este
medio, que a diario toman de su tiempo para ofrecer sus opiniones, las
cuales son sumamente significativas, no importa, si son o no favorables a
nuestros escritos.
Sabiendo
que cuando se parte de una premisa falsa, los resultados siempre serán
falsos, ejemplo: Si p=V y q=F significa que p → q =F. Deducimos que
en su escrito apológico “Mucha mezquindad con lo de Fefita La Grande y
Vidal Cedeño en Estados Unidos” José Francisco (Chico) Arias, perdió la
objetividad del comunicador imparcial, lo que le encarriló a alejarse de
un razonamiento correcto.
Nosotros
no vamos a negar, el principio de la oportunidad que aprovechó Vidal
Cedeño para luego de que se hiciera efectivo el perdón a Fefita,
introdujera y se adjudicara la consecución del visado, pero tampoco se
puede negar, ni mentir a los lectores, que Niní Tavarez –con sus
limitaciones- hizo todas las diligencias habidas y por haber para
lograr, después de 13 años dicha indulgencia.
Las
pruebas que existen, del esfuerzo realizado por Niní durante todo este
tiempo, para mantener viva la esperanza del regreso de la vieja Fefa a
los Estados Unidos están ahí, apiladas por montones, recortes de
periódicos, comunicaciones a las autoridades migratorias, videos de la
artista reconociendo los esfuerzo del promotor, y los sucesivos
contratos firmados, todo está sistemáticamente conservado como prueba
de la verdad.
Ahora
bien, ¿qué ha pasado, que este brete ha llegado tan lejos? La
respuesta es simple y está a la mano. La testarudez y obstinación
asumida de manera irracional por Vidal Cedeño, que no le ha permitido
cambiar de opinión y arribar a un acuerdo con el apoderado legalmente,
según los contratos existentes, de Fefita la Grande. Rafael Gil Tavarez
(Niní).
Por
su parte, Niní Tavarez -que sí fue, quien logró a través de sus
relaciones el perdón a Fefita- ha manifestado públicamente que siempre
ha estado dispuesto a conversar y llegar a un acuerdo satisfactorio con
su homólogo Vidal Cedeño, pero este, influenciado por su terquedad,
mantiene los oídos sordos, tal vez, influenciado por los corifeos que
tratan de tergiversar la verdad.
Quererlo
todo, sin reconocer los aportes que ha hecho Niní a la causa de Fefita,
es un acto de soberbia, arrogancia, una falta de sentimientos nobles y
de generosidad, y por ende, un real y verdadero acto de mezquindad, en
donde la justicia tendrá la última palabra y hará prevalecer la verdad.