Por Miguel Melenciano
“Maestra vida camará, te da, te quita, te quita y te da”. Este estribillo de la canción del maestro Rubén Blades posee un significado intenso en sí misma, que nos lleva a concluir que todo lo que podemos lograr durante nuestra existencia, es dado por esta, y arrebatado por la misma. Tremenda contradicción, pero que buen paradigma.
Esta perorata introductora tiene que ver mucho con el tema que quiero tratarles, pues es un asunto de pura sensibilidad humana, el cual pasa a diario con cualquier individuo, no importa la actividad en la que se desenvuelva, en este caso, con un personaje del mundo del arte.
Ramón Asencio, Aka, Tano Kao, una de las figuras del humor más importante en la televisión dominicana en las décadas de los ochenta y noventa, quien con los libretos del fenecido Narciso Gonzales, (Narcisazo) en su personaje de Tano-Kao, como escribiera Joseph Cáceres, pintó la viva representación del hombre humilde y sencillo del pueblo, maltratado, explotado y abusado por los sectores de poder y la oligarquía.
Hoy, este hombre, al cual la vida le dio la virtud y el arte de hacer reír, y que a través del tiempo nos ha hecho llorar, pero de la risa, atraviesa por esos momentos de la vida en que tú sientes que ésta te desprotege y te deja a la peor de la suerte, forzándote a distraerte en el consumo de bebidas alcohólicas. Lo viví recientemente con Asencio, y motivandome a escribir estas líneas.
Paradoja de la vida. Nos ha tocado vivir, a través de los medios de comunicación, el lamentable fallecimiento, debido a un proceso depresivo, del actor Robín Williams, que al igual que Ramón Asencio proviene del teatro, para luego hacer comedias.
Y nuestro actor, según el estado anímico en que se encuentra, está pasando por un estado depresivo que podría degenerar en una lamentable tragedia.
La situación de salud inestable, causada por una operación a corazón abierto que hace varios años atrás le fue practicada a Ramón Asencio, lo obligó a abandonar el programa internacional de Don Francisco, sumado a la situación económica en que se encuentra en estos momentos, pueden desencadenar una reacción depresiva en Asencio, con consecuencias impredecibles.
No pudimos evitar el suicidio de Robín Williams, no le conocía personalmente, ni mucho menos tuvimos contactos con él, ni sus familiares. Era una estrella de cine, y las estrellas, cuando no son de nuestra nación, resultan inalcanzables. En definitiva ,no podíamos hacer nada para evitar la trágica muerte.
Pero Ramón Asencio es una estrella del entorno de los dominicanos, y por ende, alcanzable, y lo que pueda sucederle, sí podemos, por lo menos, tratar de evitarlo. Prestémosle nuestra ayuda, aún en contra de su voluntad. Nos esperemos la ocurrencia de un suceso lamentable, para luego ir como hipócrita, a gemir frente a un cuerpo inerte, que en vida, nos pedía ayuda, y simplemente lo ignoramos.
“Maestra vida camará, te da, te quita, te quita y te da”. Este estribillo de la canción del maestro Rubén Blades posee un significado intenso en sí misma, que nos lleva a concluir que todo lo que podemos lograr durante nuestra existencia, es dado por esta, y arrebatado por la misma. Tremenda contradicción, pero que buen paradigma.
Esta perorata introductora tiene que ver mucho con el tema que quiero tratarles, pues es un asunto de pura sensibilidad humana, el cual pasa a diario con cualquier individuo, no importa la actividad en la que se desenvuelva, en este caso, con un personaje del mundo del arte.
Ramón Asencio, Aka, Tano Kao, una de las figuras del humor más importante en la televisión dominicana en las décadas de los ochenta y noventa, quien con los libretos del fenecido Narciso Gonzales, (Narcisazo) en su personaje de Tano-Kao, como escribiera Joseph Cáceres, pintó la viva representación del hombre humilde y sencillo del pueblo, maltratado, explotado y abusado por los sectores de poder y la oligarquía.
Hoy, este hombre, al cual la vida le dio la virtud y el arte de hacer reír, y que a través del tiempo nos ha hecho llorar, pero de la risa, atraviesa por esos momentos de la vida en que tú sientes que ésta te desprotege y te deja a la peor de la suerte, forzándote a distraerte en el consumo de bebidas alcohólicas. Lo viví recientemente con Asencio, y motivandome a escribir estas líneas.
Paradoja de la vida. Nos ha tocado vivir, a través de los medios de comunicación, el lamentable fallecimiento, debido a un proceso depresivo, del actor Robín Williams, que al igual que Ramón Asencio proviene del teatro, para luego hacer comedias.
Y nuestro actor, según el estado anímico en que se encuentra, está pasando por un estado depresivo que podría degenerar en una lamentable tragedia.
La situación de salud inestable, causada por una operación a corazón abierto que hace varios años atrás le fue practicada a Ramón Asencio, lo obligó a abandonar el programa internacional de Don Francisco, sumado a la situación económica en que se encuentra en estos momentos, pueden desencadenar una reacción depresiva en Asencio, con consecuencias impredecibles.
No pudimos evitar el suicidio de Robín Williams, no le conocía personalmente, ni mucho menos tuvimos contactos con él, ni sus familiares. Era una estrella de cine, y las estrellas, cuando no son de nuestra nación, resultan inalcanzables. En definitiva ,no podíamos hacer nada para evitar la trágica muerte.
Pero Ramón Asencio es una estrella del entorno de los dominicanos, y por ende, alcanzable, y lo que pueda sucederle, sí podemos, por lo menos, tratar de evitarlo. Prestémosle nuestra ayuda, aún en contra de su voluntad. Nos esperemos la ocurrencia de un suceso lamentable, para luego ir como hipócrita, a gemir frente a un cuerpo inerte, que en vida, nos pedía ayuda, y simplemente lo ignoramos.