Una embarazada
Beyoncé se apoderó del escenario de los premios Grammy el domingo para
interpretar dos de las canciones de su aclamado álbum "Lemonade".
Con un vestido
brillante, corona dorada y gargantilla en oro, la cantante fue
presentada por su madre y exestilista, Tina Knowles
Beyonce cantó
sobre una mesa, incluso inclinándose hacia atrás en una silla, mientras
entonaba "Love Drought". Luego interpretó "Sandcastles" sentada,
alcanzando con facilidad las notas más altas en el Staples Center de Los
Angeles, California.

















