Rogue
One aterrizó en los cines de todo el mundo el pasado 15 de diciembre para
deleitar a la legión de fans que décadas después sigue vibrando con las
historias de la Estrella de la muerte.
Desde entonces, el primer spin off de La
guerra de las galaxias —situada cronológicamente entre La venganza de los Sith
(2005) y A New Hope (1977)— continúa rompiendo la taquilla: quince días después
lleva recaudados ya más de 600 millones de dólares a nivel mundial.
Su aterrizaje, sin embargo, ha desconcertado a la mayoría. La aparición de ciertos personajes en la película, tanto la de Moff Tarkin, el comandante de la Estrella de la Muerte y uno de los villanos de la cinta de finales de los setenta, como la de la princesa Leia, se ha convertido en una de las comeduras de cabeza más frecuentes de los seguidores de la franquicia de ciencia ficción.
Su aterrizaje, sin embargo, ha desconcertado a la mayoría. La aparición de ciertos personajes en la película, tanto la de Moff Tarkin, el comandante de la Estrella de la Muerte y uno de los villanos de la cinta de finales de los setenta, como la de la princesa Leia, se ha convertido en una de las comeduras de cabeza más frecuentes de los seguidores de la franquicia de ciencia ficción.