Nació en Piscataway, Nueva Jersey, y no habla
español, pero juega en la selección de baloncesto de Quisqueya y está
muy orgulloso de su sangre dominicana, herencia de su madre Jacqueline Cruz-Towns.
“La
comunidad dominicana aquí es muy grande y estoy disfrutando de cada
momento con ellos. Es donde yo empecé, donde comencé a jugar”, comentó Karl-Anthony Towns, el flamante número 1 del draft de la NBA, elegido por los Minnesota Timberwolves.
La noche del jueves fue mágica para la familia Towns, pero nadie en todo el Barclays Center de Brooklyn estaba más orgulloso que la madre del número 1.
“Vinimos 50, de New Jersey, de Nueva York… ¡los dominicanos!”, comentaba Jacqueline poco después de la elección junto a su hijo.
“Estaba
tan nervioso cuando comenzó la noche. Él no ha podido comer ni dormir.
Cuando estábamos sentados en la mesa, él estaba temblando. Cuando salió Adam Silver,
yo se lo vi en la cara. Yo me quedé pasmada. Le dije: ‘Ahí viene. Y ahí
vino su nombre'”, recordó Jacqueline sobre el momento en que el
comisionado de la NBA anunció la primera elección del draft 2015.
“En
tres minutos tuve como 105 mensajes de texto, fue increíble”, dijo
Jacqueline, que tiene familia en la isla. “Y aquí estaban los
dominicanos, con las banderas, ¡qué orgullo, qué orgullo!”.
“Él
siempre está con la familia. Le gusta mucho su parte latina”, aseguró
Jacqueline de su hijo, primer jugador de raíces hispanos número 1 del
draft y que en su primera rueda de prensa como tal ya resaltó que una de
las razones por las que les gustaba ir al frío de Minnesota era que
allí había jugado otro dominicano, Luis Felipe López.
“Yo vengo de una isla muy caliente, pero a mí me encanta el frío”, apuntó Jacqueline, natural de Santiago de los Caballeros.
A
partir de ahora Karl-Anthony Towns combinará los fríos inviernos de
Minnesota con los calurosos veranos de República Dominicana, porque no piensa abandonar la selección nacional.