"No es elegante decirlo, pero la señora Ekberg sufre de una verdadera falta de liquidez", declaró al diario La Stampa de la ciudad de Turín Massimo Morais, un administrador nombrado por la Justicia que ha pedido, en nombre de la actriz, los subsidios de emergencia a la Fundación Fellini.
"La Fundación todavía no ha respondido, pero yo cuento con la solidaridad de los benefactores, que querrán ayudar, aunque sea en un nivel modesto, a una gran actriz que verdaderamente lo merece", sostuvo.
La intérprete marcó historia en el cine con una legendaria secuencia en la película La Dolce Vita (dirigida por Fellini en 1960), rodada junto a la Fontana de Trevi y en la que Ekberg actúa junto a Marcello Mastroianni. Sin embargo, la actriz ahora vive en un hogar para ancianos cerca de Roma.
Limitada a una silla de ruedas desde que se rompió un fémur por una caída, Ekberg tuvo que dejar su domicilio luego de un incendio provocado por ladrones. Aparte de algunos viejos vecinos y los servicios sociales, la diva recibe muy pocas visitas y pasa el tiempo escribiendo sus memorias.
Al celebrar sus 80 años, en septiembre, había admitido en una entrevista que se sentía "un poco sola". "Los días son infinitamente largos", había dicho al diario Il Corriere della Sera.