Por Carlos de San Juan
El prodigio es un excelente músico típico, se podría decir que es el mejor acordeonista del llamado ritmo autóctono pero parece que al tocar con Juan Luis Guerra lo desubico.
Se le olvido que el toca para un público que gusta de merengues derechos, que se atreve oír uno que otro de los llamados modernos.
No se entiende la necedad de este de salirse de la línea musical que le ha dado dinero y fama.
Los alabarderos que tiene a su lado lo tienen con una venda en los ojos diciéndole que la música típica ya le queda chiquita, que lo de él es el jazz.
Entendemos que como músico este tiene todo el derecho de progresar, de darle una variante a lo que él hace, pero donde las cosas no cuadran es que este insiste en tocar estos merengues bañados con ciertos aires de fusiones que no le gustan a los bailadores típicos tradicionales, de ahí viene su descalabro musical, dejando perdidas en casi todas las mitad de las fiesta que ha sido contratado, desde que vino de su última gira.
Pero el golpe de gracia se lo dio el mismo al entrar a su grupo una serie de músicos novatos, los cuales no le han dado el resultado esperado, pareciendo un grupito cualquiera.
Debe de ponerse las pilas y olvidarse del jazz que lo de el es la música típica, que de ahí es qué come, viste y calza.