Al salir yo de la adolescencia estaba muy de moda
el bugalú --boogaloo: combinación del boogie woogie, un ritmo con
origen en la fusión de la música afro cubana y el soul sureño
estadounidense--, que bailábamos todos los jóvenes... El Gran Combo de
Puerto Rico lo grabó en español: “¿No quería bugalú? ¡Pues toma
bugalú!”, la salsa más picante de aquella época, hace medio siglo.
Es
justo lo que le están dando --¡y lo que falta todavía!--, a por lo menos
cuatro dirigentes del PRM y de la llamada “sociedad civil” y a otros
padres de la patria localizados en la “prensa independiente” que
aparecen como beneficiarios de los sobornos de Odebrecht y que
desfilaron desafiantes en los inicios de las “marchas verdes”. A
principios de enero, cuando comenzaba el festival, dije en esta columna
que algunos de los que hacían causa común con las denuncias contra
Odebrecht debían explicar primero sus vínculos con los empresarios
brasileños o con sus representantes locales a quienes les aceptaron
costosos viajes a Río de Janeiro, a Brasilia y a Salvador de Bahía, y
otros “favores en efectivo” que saldrían a relucir...