Violentando medidas que fueron tomadas por la Alcaldía del Distrito Nacional, choferes desaprensivos están distorsionando los rótulos que indican el sentido de las vías en algunas calles de la capital.
Eso ocurre especialmente en sectores en los que el ayuntamiento, previo estudio y decisión consensuada de sus regidores, decidió aplicar nuevas normativas para organizar el tránsito de vehículos.
Se trata de un plan más amplio para dar mayor fluidez a la circulación motorizada en una ciudad atrapada por los congestionamientos de vehículos a cualquier hora del día, una iniciativa que beneficia a la ciudadanía.
Torpedear estos proyectos, vandalizando rótulos y señales, es un inaceptable despropósito. Es casi lo mismo que ocurre con los operativos que ha dispuesto la alcaldesa Carolina Mejía para desarrabalizar los espacios públicos en avenidas y barrios de la capital, llenos de chatarras, desperdicios, cocinas móviles y tiendas que ocupan las aceras para peatones.
Una vez terminan los operativos, si no se establece una vigilancia permanente, vuelven a su estado original, malogrando una iniciativa que procura asegurar la calidad del ambiente, vale decir la salud de los ciudadanos, y la imagen del sector.
Es una pena que estas situaciones estén ocurriendo de manera irrespetuosa e inconsciente y que las autoridades no hayan puesto en marcha un operativo para neutralizar y mandar a la justicia a los indolentes y desaprensivos que las cometen.