Cada año, los estudios cinematográficos gastan millones de dólares haciendo campaña para llegar a los cerca de 6,000 votantes de los premios Oscar, con la esperanza de ganar su reconocimiento. Pero, ¿funciona?
El caso de una actriz que pagó su propio aviso para solicitarle a los
votantes del Oscar que consideren su actuación y el del productor de
Hollywood que fue vetado de la ceremonia por hacer campaña en contra de
una película rival son solo dos de los más conocidos intentos por influenciar a este selecto grupo de electores.
Según estimaciones, Hollywood gasta entre 100 y 500 millones de dólares al año en hacer campaña con los votantes de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.
Este no es un tema que le guste conversar a los jefes de los estudios, pero el productor cinematográfico y bloguero Stephen Follows ha recolectado datos anónimos provistos por algunos de sus colegas de la industria al respecto.
Follows asegura que una campaña exitosa para mejor película cuesta unos 10 millones de dólares. La mayoría del dinero va a publicidad, medios de comunicación, estrellas cinematográficas y publicistas.
Durante la temporada de los Oscar, los estudios pagan de forma agresiva por avisos en la prensa especializada. Su objetivo es recordarles a los votantes con gentileza los méritos de sus películas y de las actuaciones de sus estrellas.
En 2011 la actriz Melissa Leo, frustrada por la escasa cobertura que estaba recibiendo de parte de los grandes medios, pagó por sus propios avisos para promocionar su actuación en la película The Fighter.
Si bien algunos la acusaron de romper con los protocolos, lo cierto es que su estrategia funcionó y ese año ganó el Oscar a mejor actriz de reparto.
¿Juego sucio?
Dentro de este sistema existe un lado oscuro protagonizado por un grupo selecto de consultores de los Oscar cuyo trabajo es meter las películas en las mentes de los miembros de la academia.
Se les paga entre 10,000 y 20,000 dólares por película, pero pueden fácilmente duplicar o triplicar el honorario si el cliente es nominado o gana.
El actor Leonardo DiCaprio está nominado a mejor actor por “The
Revenant” y existe una notoria campaña en los medios y redes sociales
para que finalmente gane.
Estos consultores ” son publicistas muy bien pagos que conocen a los miembros de la academia , saben cómo llegarles y qué les gusta”, dice Gayle Murphy, periodista de Hollywood.
El soborno está prohibido , por supuesto, pero los votantes dicen que son abrumados con regalos de cara a las nominaciones.
“He recibido libros, libros de cocina y de todo, incluyendo
preservativos”, dijo un votante anónimo a Hollywood Reporter en 2013.
“Es ridículo”.
Según las reglas oficiales de la academia, revisadas en 2011, todo intento directo de influenciar los votos vía correo electrónico o teléfono está prohibido .
Cada año los miembros de la academia son invitados a proyecciones
exclusivas en Los Ángeles, Nueva York o Londres. A menudo las estrellas
van en persona o conceden entrevistas con la audiencia.
Sin embargo, luego de que los nominados son anunciados, los estudios
no tienen permitido realizar proyecciones con comida o bebida gratuita,
una táctica frecuente en el pasado.
Comentarios y rumores negativos
Los comentarios, ya sean directos o publicados en las redes sociales, que intenten“proyectar una luz negativa o despectiva” en películas rivales están particularmente mal vistas en la academia.
En 2010 se le prohibió la entrada a la ceremonia de los Oscar a
Nicolas Chartier, uno de los productores detrás de la película “The Hurt
Locker”.
El productor había enviado un correo electrónico pidiéndoles a los votantes que apoyasen su película por sobre “un filme de 500 millones de dólares” , una referencia clara a “Avatar”, también nominada a mejor película ese año.
The Hurt Locker terminó ganando como mejor película y Chartier recibió la estatuilla un mes después de la ceremonia.
Sin embargo, se cree que este tipo de prácticas no son excepcionales
. De hecho, es probable que los consultores de los Oscar sean en parte
responsables del flujo constante de noticias negativas que aparecen en
los medios durante la temporada de premiaciones.
Ejemplos de ello fueron las acusaciones recibidas por “Slumdog
Millionaire” de pagar poco a sus niños actores y las críticas a “Zero
Dark Thirty” por justificar la tortura.
Entonces, ¿vale la pena la inversión? Los cálculos realizados por el
analista de datos de Facebook Edmund Helmer sugieren que no.
Sin tener en cuenta otros factores, Helmer estima que ganar el Oscar a mejor película agrega sólo 3 millones de dólares a la taquilla del filme, una cifra lejana de los 14,2 millones de dólares que genera de incremento obtener una victoria en los Globos de Oro.
El motivo puede ser que los Oscar son el cierre de la larga temporada
de premiaciones, cuando en general ya pasó bastante tiempo desde el
estreno de la película.
Un estudio distinto publicado en 2014 descubrió que ganar un premio de la academia aumenta el pago de un actor en 3,9 millones, pero apenas en 500,000 dólares en el caso de las actrices .
El responsable de este estudio, el académico Kevin Sweeney, dice que
no puede explicar la discrepancia con certeza, pero que es probable que
influyan las grandes diferencias de género que existen en la industria
en favor de los roles masculinos.
Pero todo esto no es sólo por el dinero, por supuesto. En Hollywood es importante hacer política y recibir el reconocimiento de los demás.
Como escribe el propio Helmer, tanto los Oscar como los Globos de Oro
“no son sólo una cuestión de vender más entradas para las películas que
ganan. Los premios dan oportunidades a los ganadores y otorgan la
incalculable gratificación de la victoria “.