Fernando Carrillo está en uno de los momento más delicados de su
vida, pero como siempre lo ha hecho, está dispuesto a jugarse el todo
por el todo defendiendo su verdad, así le cueste terminar en la cárcel o
ser deportado de Estados Unidos.
El 12 de noviembre del 2014, la
recepcionista del edificio en donde viven unos amigos en Miami, llamó a
la policía y lo acusó de "agresión" asegurando que Carrillo la había
forzado dos veces besándola en la boca y diciéndole que le gustaba su
trasero.
Luego de ser detenido, el actor venezolano que radica en
Los Angeles, California, contrató a uno de los mejores abogados de La
Florida, Michael Cohen, quien le aconsejó que se declarara culpable para
evitar que esto se hiciera más grande. Así lo hizo antes el juez,
previo haberle aclarado que aunque era inocente, se declararía culpable.
El
arreglo terminó en una sentencia de 30 días de arresto domiciliario y
100 horas comunitarias, pero el juez, según la grabación que figura en
la corte de Miami, nunca le aclaró que al aceptar esto, podría tener
problemas con su estatus migratorio y hasta ser deportado.
Su
actual abogada, Madeline Acosta, se acercó a él después de escuchar lo
sucedido y le ofreció defenderlo, pues no consideraba justo que, siendo
inocente según él y siendo todo mentira, estuviera metido en este lío
legal.