A poco más de 48 horas del accidente y cuando todavía se están
rescatando los cuerpos, los investigadores franceses tienen ya una idea
bastante clara de lo que sucedió en el fatídico vuelo de Germanwings que
se estrelló contra los Alpes.
Aunque todavía no han encontrado la segunda caja
negra, los investigadores cuentan con la transcripción de lo que pasó en
la cabina del avión en los últimos 30 minutos del vuelo.
¿Cómo pudo el copiloto "destruir" el avión intencionadamente sin que nadie pudiera impedirlo?
En los primeros 20 minutos que quedaron
registrados por la caja negra, la conversación entre el piloto y el
copiloto de Germanwings es "amigable".
El piloto, Patrick S., es un hombre experimentado, con más de 6.000 horas de vuelo y lleva diez años en la empresa.
El copiloto, Andreas Lubitz, tiene solo 630 horas de experiencia de vuelo y llevaba poco más de dos años en Germanwings.
Ambos conversan sobre el plan de vuelo y en un momento el piloto le cede los mandos del avión para ir al lavabo.
El fiscal destaca que el comportamiento del copiloto se vuelve "lacónico" en esa última conversación.
Lubitz se queda entonces solo en la cabina, pone el avión en modo
manual y "manipula los mandos del avión para acelerar el descenso",
según los investigadores.
A la vuelta del lavabo, el piloto llama al interfono para entrar en la cabina.
Las puertas de los aviones comerciales permanecen siempre cerradas y bloqueadas durante el vuelo.
Cuando uno de los pilotos sale para ir al lavabo, debe llamar a un interfono.
El que está dentro puede ver a través de una mirilla o de una cámara quién está llamando antes de abrir la puerta.
En este caso, el copiloto no le abre la puerta a su compañero.