Es evidente que luego del terremoto en Haití son mas y mas los menores de edad que deambulando como pedigüeños por las calles de esta capital, y les digo de esta capital porque son los que observamos en el día a día nuestro.
No sabemos a ciencia cierta como están nuestras provincias, pero hay de aquellas aledañas a nuestras fronteras con Haití.
Inmediatamente hablamos de menores de edad, debemos pensar en el Código o Ley 136-03, pero cuando se trata de violación a nuestra Ley 285-04 sobre temas migratorios de nuestro país, pues la primera intervención debe ser la de las autoridades de la Dirección General de Migración, sin importar que sean menores, pues la institución deberá constatar si están residiendo de manera irregular en el país y en ese sentido presentarlos inmediatamente al organismo rector de protección a niños, niñas y adolescentes.
Cuando se trata de extranjeros lo primero que debemos aclarar es su estatus legal en el país, y no dejar el tema suelto porque se trate de menores, que ciertamente es un tema delicado pero el mecanismo legal esta ahí y lo que se debe hacer es apoderar las autoridades correspondientes, en el caso que nos ocupa al Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI), a fin de que esta institución asuma su cuota de responsabilidad en el tema.
Muchas han sido las promesas de las diferentes naciones en el tema haitiano, pero las soluciones son lentas, la realidad es otra y la carga principal la tenemos como país.
Estos menores de hoy serán Dios mediante hombres y mujeres del futuro, que de su formación dependerá que sean hombres y mujeres de bien o lamentablemente delincuentes de los tanto que ya tenemos, alejando las inversiones extranjeras y trayendo el luto a las familias dominicana.
Es el memento oportuno para que nuestras autoridades se empoderen de esta situación y evitemos problemas mayores que solo tienden a fortalecer el auge de la delincuencia infantil.
Dra. Carmen S. Herrera M.
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Foto : Listin Diario