Apple anunció hoy que trasladará la producción de su nuevo ordenador Mac Pro de Estados Unidos a China, en lo que parece un ataque directo a las políticas del presidente Donald Trump y su guerra arancelaria con el gigante asiático.
De hecho, la firma con sede en Cupertino, California, criticó recientemente esa disputa comercial que considera que perjudicará a ambos lados del espectro y la capacidad de la potencia oriental de contribuir a la economía estadounidense.
El anuncio llega después de que la corporación californiana considerase trasladar parte de la fabricación de otros productos fuera de China a raíz de las tensiones comerciales entre ambas naciones. De ahí que haya sorprendido la jugada de la firma dirigida por Tim Cook dentro y fuera de EEUU. Sin embargo, la justificación es clara y evidente por parte de Apple: una reducción en los costes de producción y envío, además de tener mucho más sentido desde un punto de vista logístico.
El nuevo Mac Pro, presentado el pasado 3 de junio y que saldrá a la venta a 6.000 dólares por unidad, se fabricará en la planta de Shanghai, cerca de algunos de los proveedores asiáticos del gigante norteamericano, de acuerdo a The Wall Street Journal. Apple está negociando con Quanta Computer para que se encargue del montaje de la ambiciosa máquina.