Por Cholo Brenes
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CHOLO BRENES |
El
21 de enero del 2012 bajo el título de "Abriendo la caja de pandora”,
hacíamos una relación de lo que los grupos y solistas urbanos cobraban
por sus actuaciones.
El
tiempo me dio la razón, salvo una que otra excepción, lo que exponíamos
era totalmente cierto hasta ese momento. Solo de ese grupo que
expusimos se ha quedado y sobresalido Secreto y Don Míguelo.
Por lo que ya he conocido Vakero disminuyó su cotización alcanzada hasta esos días.
Me acabaron, me dijeron de todo, pero los hechos están ahí y son los que hablan.
Hace
más de un mes Carlos de San Juan hizo una relación de lo que las
orquestas de merengue producen en las puertas en el Cibao, recordando
que el Cibao representa de 10 a 14 provincias.
Ayer
aparece en la prensa matutina bajo el título de “La Diversión Colapso”,
un análisis de lo que está pasando en Santiago y sus alrededores.
Y
para que no quepa duda los dueños de negocios y los que realizan
actividades son los que dan esa información: Zacarías Ferreira, Anthony
Santos, Frank Reyes, Banda Real y solo Héctor Acosta son los que llenan
los sitios que hacen fiestas.
Con
toda seguridad que alguno le dará una rabieta porque el Torito es el
que camina bien en el Cibao, pero los hechos son los hechos.
En
más de una oportunidad hemos hablado de la decadencia del merengue por
múltiples razones: relevos, manager, temas etc… Es absurdo ver como se
toca en 10 días 4 actividades en la capital: Jet Set, Afrika, Euphoria,
Platinum.
Hay
que ser muy torpe para hacer eso. Y entonces salen huyendo a tocar en
New York como plaza de salvación pero ya la han achicharrado.
No
es lo mismo ir a Estados Unidos y tocar a través del inmenso
territorio que ellos tienen, a enclavarse solamente en Manhattan y New
Jersey.
Los
que llenan el Cibao caminan todo USA. Se lo dijimos a los periodistas y
programadores de emisoras y nadie nos hizo caso, advertimos el daño que
haría el lavado y el narcotráfico y tampoco nos hicieron caso.
Nos
han atacado por todos los medios, nuestros análisis están en este
periódico y en otros, a nadie pudo haberlo llamado a engaño y ahora
qué"...
Cuando
en un espectáculo de ninguna trascendencia el gobierno gasta 20
millones de pesos, eso duele y llora ante su pueblo y sus artistas.