Por: Miguel Melenciano
New York, (PP).- El hombre que en la temporada de 1998, se en franco en un duelo de Home Run con Mark McGwire de los Cardenales de San Luis, y que luego pasara por los escándalo, de uso de bate, que supuestamente estaba acorchado, uso de esteroide, y que finalmente, no fue contratado por ningún equipo, hoy reaparece en los medios creando otras galimatías.
Su aparición en los premios Grammy Latino con el rostros como los zapato de dos tonos, entre negro y blanco, pero así mismo, sus manos y sus labios que se niegan a abandonar su color originar, podría interpretarse como una estrategia publicitaria, de los que manejan la imagen del ex grande liga dominicano, Samuel Peralta Sosa, alía Sammy Sosa.
Solo con esta tesis, se podría derrumbar el repudio generalizado que ha generado -en el mundo de habla hispana- el intento de cambiar el color de su piel y sus ojos, renegando con éstos sus orígenes de hombre negro, con una descendencia directa de sus ancestros Cocolo Ingleses, marcado con un determinado parámetros antropométricos faciales, absolutos y de simetría meridional.
Solo esta tesis, podría derrumbar el repudio generalizado, generado en el mundo, el intento de cambiar el color de su piel y sus ojos
O, por el contrario, estaría demostrando Sosa, que para poder colarse en una sociedad que no le aceptó, estando en la cúspide de la fama, cuando jugaba beisbol de grandes ligas é impuso un record histórico, hoy ha tenido que recurrir al gasto de una inmensa fortuna, invitando a la crema innata del Jet Set internacional, ha su ya famoso e internacional cumple año.
Pero al parecer, los cumpleaños de Sosa, en los que paga a sus invitados, desde los pasajes aéreo, hasta el último trago del mejor champan, vino o whiskys -previamente seleccionado por sus convidados- no le ha permitido ser aceptado como uno de ellos, y ha tenido que llegar al exceso de lo irracional, de cuando el ser humano no se acepta como verdaderamente es, y pierde su autoestima.
La actitud y comportamiento del Sammy, desde que logro un contrato millonario en grandes ligas, siempre ha sido objeto de crítica, pues en aquel estelar momento de su vida, cuando inicia a descollar entre los millones, se embotello en invertir en una gran discoteca en su pueblo natal, de nombre 40-40, levantando todo tipo de comentarios negativos, pues la misma poseía todos los lujos, mientras las calles que le circundaban estaban llena de hoyos y fangos.