La variante ómicron del coronavirus continúa propagándose en todo el mundo, pero la Navidad ha seguido su curso, con aeropuertos repletos y compradores que abarrotaron las tiendas a pesar de las advertencias de las autoridades de salud.
Las alarmas globales por la expansión de la variante ómicron del coronavirus están complicando las celebraciones de Navidad y Año Nuevo en todo el mundo, mientras los expertos advierten que las infecciones van en aumento, aunque con un nivel de hospitalizaciones más bajo que con la variante delta.
Alrededor de 8.000 vuelos fueron cancelados globalmente durante el fin de semana de Navidad, principalmente por la proliferación de casos de ómicron, pero también por condiciones climáticas en algunas regiones.
También varias compañías debieron poner en cuarentena a pilotos, asistentes de vuelo y otros miembros del personal que se vieron expuestos al COVID.
En general, las infecciones de COVID-19 están superando los niveles registrados en diciembre de 2020, lo cual está siendo atribuido a la variante ómicron, reportó el Washington Post.