
«El Chavo del 8» está en el corazón de varias generaciones de latinoamericanos y, a pesar de formar parte de los recuerdos de las tardes de la infancia, quedan todavía secretos y datos por conocer y revelar de la vida del personaje más famoso de Chespirito y que él mismo interpretó.
La historia de sus padres y los hechos que lo llevaron a vivir solo en la vecindad -y si realmente vivía solo- siempre sobrevuelan
Según cuenta el libro “El Diario de El Chavo del Ocho” que publicó Chespirito en 1995, el Chavo nunca conoció a su padre y su madre. Fue abandonado de muy pequeño en un hogar de niños.
Se escapó varias veces del lugar hasta que un día de tormenta llegó a la vecindad que luego se convertiría en su rincón en el mundo.
Por un tiempo, vivió con una mujer mayor en el departamento número 8, hasta que ella murió y pasó a rotar por las distintas viviendas.
Por lo tanto, el Chavo no habría usado el mítico barril para dormir. Si no, como su lugar para jugar y esconderse.
Otra de las versiones es la que según el diario Libre de República Dominicana dio su director del programa Enrique Segoviano.
De acuerdo a esta información, Segoviano habría revelado que Chespirito tenía una idea de capítulo final que no llegó a grabar por los conflictos internos entre los personajes.

Siguiendo su testimonio, en ese episodio Don Ramón le confesaría al profesor Jirafales que había tenido un romance con la mamá del Chavo y que fruto de ese encuentro habría nacido el joven.


















