En un artículo anterior titulado “Peloteros Millonarios sin Educación” me refería a la necesidad que tienen los nóveles peloteros de Grandes Ligas de refinarse en términos de imagen y comportamiento social. Pero esta necesidad no es exclusiva de estos jóvenes prospectos; los empresarios, políticos y profesionales de la República Dominicana deberían enmarcarse también en este propósito.
Por MARIANO ABREU
¿Dónde fallan estos personajes? Usted solo tiene que haber tenido una reunión con alguno de ellos en algún momento de su vida para darse cuenta de las violaciones constantes que cometen en el protocolo de las citas y/o reuniones de negocios.
Veamos una reunión típica con algunos de ellos: Lo primero es que regularmente estas citas con ellos requieren de más de una coordinación, ya que siempre dejan a la improvisación aspectos importante tales como la reserva del lugar (en caso de ser fuera de la oficina), para luego cuando llegamos a la cita darnos cuenta de que el lugar está abarrotado de personas, puesto que hay una actividad especial de alguna empresa o simplemente un cumpleaños de algún cliente, perdiendo así la intimidad y discreción que requiere una conversación o almuerzo de negocios.
Pero, en el caso hipotético de que la cita sea en su oficina, seguro esta persona nos dejará esperando en la recepción, puesto que él todavía no ha terminado otra reunión que tenía pautada poco antes que la nuestra, O peor aún, no ha podido llegar a la oficina y la secretaria con “cara de Póker” te dirá: “Déjeme llamarlo a ver por dónde viene, pues en verdad no tenía esta cita en agenda”, haciéndote ver que al parecer la culpa es tuya, nunca de su jefe.
Luego de todo esto, te hacen pasar a la oficina del “jefe” la cual te indican verbalmente sin tener la delicadeza de acompañarte a la misma, en ocasiones haciendo que toques o entres en otra oficina, que no es la del “personaje” con el que te reunirás.