El asesinato de las hermanas Mirabal, el 25 de noviembre de 1960, por orden del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, fue un “crimen político que aún sigue impune”, reivindicó Minou Tavárez Mirabal, hija de Minerva, una de las “mariposas”, que se han convertido en símbolo de la lucha contra la violencia de género.
En vísperas del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, instituido en 1999 por la ONU en conmemoración del brutal asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa, Tavarez confesó en una entrevista con Efe que esa fecha le produce “sentimientos encontrados”.
Aunque la gente a veces piensa que fueron víctimas de violencia de género o que Trujillo mató a Minerva porque estaba enamorado y ella lo rechazó, “realmente la mató porque organizó el movimiento opositor más grande que él tuvo en los 31 años de dictadura”.
“Si su ejemplo sirve para evitar alguna muerte en el mundo” y para visibilizar el problema de la violencia contra las mujeres que afecta a todas las sociedades, las hermanas Mirabal “no están tan muertas”, y de alguna manera aunque nada puede resarcir su brutal crimen, es una “compensación”, consideró.
Pese a lo emblemático del crimen de estas hermanas, que marcó el principio del fin de Trujillo, la exdiputada Minou Tavárez lamentó que, aunque se celebró un juicio, que fue “el único contra los asesinos y cómplices de la dictadura”, todavía no “ha habido justicia” y subrayó que “ningún país puede ser democrático si no hay justicia”.
“Desde ese momento se instaló la impunidad en la República Dominicana y sigue instalada de tal manera que toda la política se sustenta en esa impunidad”, añadió Tavárez, hija del héroe de la patria Manolo Tavárez Justo, quien fue asesinado en 1963 en un “crimen de Estado que está pendiente de la Justicia”.
Aunque la gente a veces piensa que fueron víctimas de violencia de género o que Trujillo mató a Minerva porque estaba enamorado y ella lo rechazó, “realmente la mató porque organizó el movimiento opositor más grande que él tuvo en los 31 años de dictadura”.
“Si su ejemplo sirve para evitar alguna muerte en el mundo” y para visibilizar el problema de la violencia contra las mujeres que afecta a todas las sociedades, las hermanas Mirabal “no están tan muertas”, y de alguna manera aunque nada puede resarcir su brutal crimen, es una “compensación”, consideró.
Pese a lo emblemático del crimen de estas hermanas, que marcó el principio del fin de Trujillo, la exdiputada Minou Tavárez lamentó que, aunque se celebró un juicio, que fue “el único contra los asesinos y cómplices de la dictadura”, todavía no “ha habido justicia” y subrayó que “ningún país puede ser democrático si no hay justicia”.
“Desde ese momento se instaló la impunidad en la República Dominicana y sigue instalada de tal manera que toda la política se sustenta en esa impunidad”, añadió Tavárez, hija del héroe de la patria Manolo Tavárez Justo, quien fue asesinado en 1963 en un “crimen de Estado que está pendiente de la Justicia”.