El líder del grupo, Pavel Serov, descubrió una serie de varios montículos de grandes dimensiones con un alto grado de metano. El descubrimiento revela que el gas se filtra lentamente desde el subsuelo a través de grietas en el fondo marino y si alguna vez el nivel del mar descendiera, los montículos podrían explotar, y emitir enormes cantidades de gas desde las capas superficiales del fondo marino.
“Los hidratos de metano son estables a temperaturas bajas y presiones altas. La presión que ejerce una capa de agua de 390 metros sobre el fondo del mar todavía es suficiente para que no exploten”, comentó Serov al portal Vesti.