Nos
encontramos en las puertas de 2013, vivimos en una nación que comparte
una isla con otra nación. Dos culturas totalmente distintas, dos idiomas
distintos, dos realidades históricas sin ninguna semejanza, muchas diferencias más,
una sola igualdad; pertenecer al caribe y al atlántico dentro de una mis
isla.
Ellos son dos: Uno: que no se apea un saco y una corbata por
nada del mundo.
Otro; que sabe distinguir en donde va saco y corbata y
donde va camisa y jeans.
Uno: que viajaba a rastro con la silla presidencial la cual
en alguna ocasión hacía que le pasaran un alcohol especial antes de
sentarse. Otro; que se sienta en cualquier silla.
Uno: que donde había más de dos personas se disparaba un discurso. Otro; que prefiere conversar con la gente y oír su parecer.
Uno: que viajaba con 20 jeepetas para inaugurar cualquier letrina. Otro; viaja en 2 para ir a cualquier comarca del país.
Uno: que viajaba con parafernalia de más de 30 personas a cualquier país que visitaba. Otro; que viaja solamente con 4.
Uno: que a solo 10 días del último discurso pronunciado logra
la repulsa de toda la juventud y la clase media. Otro; que con su
habitual comportamiento logra poco a poco lo que el Uno no ha podido
lograr.
Uno: que no pierde tiempo para montarse en aviones privados cueste lo que cueste. Otro; que viaja vuelos comerciales.
Uno: que permite el robo y la corrupción. Otro; que trata por todos sus medios de no permitirla.
Uno: que es candil de la calle y oscuridad de su casa. Otro; que es luz y sal de su gente.
Uno: sueña con un New York Chiquito, Otro; sueña con Santo Domingo Grande.
Uno y Otro pertenecen a la misma casa pero son muy distintos.
Uno: tuvo doce años y Otro; Apenas cumple cuatro meses.
Uno: nunca mostró cariño y amor familiar y Otro que lo muestra en cualquier lugar.
El tiempo será el mejor aliado de Uno y de Otro, sin
ventajismos, esperemos sentados en la puerta de la casa para verlos
pasar triunfantes o derrotados por la vida.