Afirma, en cambio, que el trasatlántico se cambió por otro barco, más antiguo y averiado, antes de zarpar. Un poderoso empresario y banquero estadounidense sería el cerebro detrás de todo, dice la teoría.
Las teorías conspirativas gozan de muchos seguidores. No es raro, muchas de esas teorías son muy atractivas y, claro, suelen ser más divertidas que la historia oficial, en general tan "común".
Con la desaparición en el Atlántico del submarino que transportaba a cinco personas hacia las ruinas del Titanic, volvió a la superficie una vieja teoría defendida por muchos que sostiene que el emblemático transatlántico que se hundió hace más de un siglo en realidad nunca se hundió.
En realidad, dice la teoría conspirativa, fue otro barco, el Olympic, el que naufragó y que todo fue una estafa pergeñada por J.P. Morgan, el poderoso empresario y banquero estadounidense que financió la construcción de ambos buques.