El popular chef Gordon Ramsay y su mujer Tana están
decididos a criar a sus cuatro hijos -Megan (18), Jack y Holly (17) y
Matilda (15)- en un ambiente lo más "normal" posible, alejado de los
lujos y las comodidades que la considerable fortuna de su famoso padre
pone a su alcance.
Para ello, el matrimonio no permite, por ejemplo, que
sus retoños viajen en primera clase con ellos y, aunque esto le haya
convertido en el objetivo de duras críticas por parte de aquellos que no
comparten su espartana filosofía educativa, el cocinero sigue firme en
su decisión.
"Tengo que hacer que mis hijos mantengan
el contacto con la realidad. Además, no creo que sea conveniente que
niños con cinco, seis, siete años se acostumbren a los grandes asientos
de primera clase. No necesitan tanto espacio, ya se distraen solitos con
sus iPads.
Para mí, es más importante pensar en qué vas a gastarte ese
dinero cuando aterrices, y no gastarse miles de dólares para que niños
de ocho, nueve años vayan en primera clase", confesó Gordon al portal
Mirror Online, en la misma línea en que lo hacía hace unas semanas
cuando aseguraba que su prole todavía no había hecho méritos laborales
suficientes como para convertirse en pasajeros VIP.