Fuente diarioliber.com.- El tirano Rafael Leónidas Trujillo usó armamento de guerra para bombardear campamentos de insurrectos, como los encabezados por los generales Cipriano Bencosme y Desiderio Arias, quienes fueron acribillados por las ráfagas.
La revelación la hizo el mayor licenciado Carlos Ortega Vergés, presidente del Instituto Dominicano de Historia Aeronáutica (INDOHA) al disertar sobre “La aviación militar en el Ejército 1930-1947”, en la Academia Dominicana de la Historia, donde relató que en 1932 el sátrapa inició el proceso de creación de dicho cuerpo, dentro del ejército.
Recordó que a inicios de su régimen, dentro de los movimientos más relevantes en contra de la dictadura, se destacaban los encabezados por Bencosme, en las lomas del Cibao. Dijo que el insurrecto era un terrateniente de origen mocano y líder regional, que inició el primer alzamiento contra Trujillo a mediados de 1930.
“El general Bencosme le hizo la vida difícil al tirano por mucho tiempo, a pesar de ser un movimiento débil por falta de armas siempre se mantuvo en la ejecución de sus ideas”, puntualizó.
También contó que el general Desiderio Arias se alzó en armas en los cerros de Gurabo adentro, en Mao, en la Línea Noroeste, con una gran cantidad de seguidores, y se convirtió en el gavillero más temido por Trujillo, que personalmente dirigió las operaciones contra sus levantamientos.
Armas de guerra
“Trujillo, utilizando sus influencias con los norteamericanos, además de lograr la adquisición de armamento de guerra aérea, se apoyó en la utilización de aviones y pilotos norteamericanos -bien pagados por él-, para ubicar desde el aire, bombardear y ametrallar los campamentos de los generales insurrectos”, dijo Ortega Vergés.
Aseguró que en las incursiones aéreas rociaban bombas de gas venenoso e inflamable. “Los aviones volaban sobre las montañas en escuadrillas de dos, armados además con ametralladoras calibre 30, atacando sin piedad los campamentos lanzando ráfagas, bombas y obuses de mortero”, aseguró.