Por Bolivar Balcacer
Elias Barreras: El Guardián Silencioso del Dominicano en Nueva York
En tiempos donde la vida corre como un bólido y la burocracia parece una muralla interminable, contar con una mano amiga es un respiro que vale oro. Así viven cientos de dominicanos que, al llegar al consulado en Nueva York, se topan con documentos enredados, actas con errores, cédulas extraviadas o trámites que amenazan con arruinarles el día. Y justo ahí, en ese cruce de ansiedad y necesidad, aparece Elías Barreras Corporán: un verdadero guardián de la paz y de la rapidez.
Mientras algunos criticones miran desde la barrera sin aportar nada, la comunidad reconoce en Elías a un diplomático de acción, de esos que no recitan discursos sino que resuelven. Su espíritu bonachón y su capacidad para saltar obstáculos administrativos convierten cada gestión en un alivio inmediato. En la JCE o en el consulado, su presencia es una carta de crédito que desmonta trabas y cristaliza soluciones con la velocidad de un rayo.
Hoy, felicito a Elías. Porque en una época donde muchos prometen y pocos cumplen, él sí se dedica —en cuerpo y alma— a quitar dolores de cabeza y a dignificar el servicio público.