De nuevo hoy, Severo Rivera vuelve a poner el dedo sobre la llaga
sobre la premiación que Acroarte había anunciado para Abril próximo y
lo hace a su estilo, diciendo medias verdades y medias mentiras.
Primero
se refiere con precisión como para no desperdiciar la oportunidad de
agredirnos, no sé por qué razón, reiterando la información
distorsionada de que nuestra oposición a que el nombre de nuestra madre
continuara siendo utilizado en una premiación que ya no le hacía
justicia a su esencia, se debía a causas e interés económico,
olvidando que en ese planteamiento donde se señalaba que un 25% de
esos ingresos serían para la Fundación Casandra Damiron Inc. también se destinaban un 25% sería
para la Cervecería Nacional Dominicana y un restante y jugoso 50% para
el gremio periodístico, el cual según ellos, nunca ha participado en
el pasado en la distribución de los recursos que desde hace unos años
mediante la incorporación desautorizada de otros anunciantes en la
transmisión de la premiación, ha venido generando decenas de millones
de pesos que han ido a parar a una de las dos partes que producen el
evento sin la debida autorización nuestra.
Estos planteamientos están
plasmados en el documento redactado por el abogado de Acroarte como
consta en el acta de acuerdos arribados entre ellos y nosotros en
Diciembre pasado, pero la consigna fue y sigue siendo insistir solo el
interés nuestro y no su participación en el esquema planteado.
Pero
donde está el verdadero valor del artículo, es en el análisis que
pretende hacer sobre si la premiación va o no va, basado en la
posición que la empresa ha manifestado a través del mismo presidente del
gremio, actuando en rol de relacionador público, cuando dice que
como consecuencia de la aprobación del paquetazo fiscal que ha
establecido nuevos impuestos que afectan las ventas de los productos
alcohólicos, el patrocinador estaría pensando en suspender el patrocinio
al ceremonial del 2013 y reanudarlo en el 2014.
Si
esto se analiza con un poco de sentido común, se pudieran establecer
varias hipótesis que llevarían a lo que pudieran ser las verdaderas
razones de esta posición dubitativa de quienes firman un acuerdo de
renovación de 5 años más con la premiación pero ponen en duda el
patrocinio para el año en curso..
Pudiera
ser que el patrocinador pretenda utilizar como caja de resonancia de
sus intereses la supuesta fuerza mediática del gremio, para generar
opinión pública a favor de la revisión de la nueva disposición, o que mas allá de lo impositivo,
se pudieran estar haciendo la pregunta de que si verdaderamente vale la
pena seguir impulsando un evento cuyo contenido y esencia vienen siendo
cuestionados por diferentes estamentos de la sociedad y que no sale
de un problema en el pasado reciente; teniendo que acceder al retiro
del nombre histórico que desde su fundación había llevado y ahora por
una nueva torpeza al escoger el nombre de" El Soberano,"
figura que consta tanto en los estatutos de la pasada premiación como
en los acuerdos entre la C.N.D y Acroarte enfrenta varios procesos
legales que en cualquier momento pudieran dejar de nuevo sin nombre al
evento.
Por
otra parte, no hace sentido plantear suspender el presente evento por
la aparente causa del efecto del paquetazo y acordar su celebración un
año más tarde cuando dichas medidas seguirían afectando esos mismos
intereses.
El
mismo Sr. Rivera, al momento de decir que le extraña mucho que la
Cervecería, quien según él, es la que mejor parte le saca al evento,
esté dejando en tela de juicio la celebración o no de la próxima
premiación y también confiesa que "La premiación ha venido
realizándose dentro de una excesiva palafernaria de recursos y
dispendio que se invierte en la contratación de figuras
internacionales a quienes se les paga y se les premia sin tener los
meritos necesarios", posición que coincide de nuevo con lo que durante un buen tiempo hemos estado planteando.
Lo
cierto es que aun con tantas diferencias existentes entre nosotros, el
señor Rivera vuelve además de lo expuesto en su artículo del 3 de
septiembre pasado donde objeta la escogencia del nombre escogido por
Acroarte para reemplazar a Premios Casandra, señalándolo como causa
que abriría procesos legales que pueden afectar el futuro de la
premiación; hoy, tal vez sin quererlo de nuevo nos da la razón al
señalar causas que pueden estar originando esta incierta realidad de un
premio que rompió relaciones con su pasado histórico y que aparenta no
tener hacia donde ir.
Gracias.
Jose E. Rivera.