Este domingo 16 termina la espera para saber cómo se han acomodado las fuerzas políticas en la aceptación del electorado nacional, preludio ineludible de lo que pasará el 17 de mayo próximo en las legislativas y presidenciales.
Por Felipe Ciprián/listin diario / Durante los meses recién transcurridos hemos visto un derroche inmenso de recursos de los partidos por captar el voto mayoritario, y unos vaticinios muy comprometedores de dirigentes políticos repletos de hambre de poder que los están llevando al borde del delirio.
Más que una campaña para elecciones municipales, lo que ha visto el pueblo dominicano es a los candidatos presidenciales aprovechando ese escenario para promover sus propias aspiraciones, simulando que van a dar apoyo a los postulados para alcaldes, directores municipales, concejales y regidores.
Dos líneas tácticas han marcado la campaña “municipal”: La que coordinan y ejecutan a diario los llamados partidos opositores (¿opuestos a qué?), principalmente la Fuerza del Pueblo (FP) de Leonel Fernández y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) de Luis Abinader, que se puede sintetizar en el cotidiano acoso a la Junta Central Electoral (JCE) y las denuncias del uso de los recursos del Estado por parte del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
La otra línea la impulsa el PLD y se caracteriza porque sus dirigentes están empeñados en ganar mayoría de alcaldías y distritos municipales para generar la confianza del electorado y concluir con que la renuncia de Leonel fue una fragmentación insignificante que deja intacta a las fuerzas peledeístas nucleadas alrededor de Danilo Medina.
Las energías de Leonel, Abinader y sus aliados se han desplegado principalmente para presentar a la JCE como un órgano electoral complaciente con el gobierno y listo para permitir un supuesto fraude en perjuicio de sus candidatos.
Todos los días hay una instancia y un reclamo que no tiene otro propósito que cuestionar la imparcialidad de la JCE, sembrar dudas acerca de la organización de las elecciones como paso previo para tratar de justificar una derrota vergonzosa que está a punto de caer sobre ellos.
El PLD ha desplegado todos sus dirigentes en el territorio nacional y sus técnicos e investigadores barrio por barrio para determinar las simpatías de cada elector y buscar su apoyo para las candidaturas moradas.
Otros dicen que su trabajo fundamental es montar un fraude que ven tan claro que no tienen ni siquiera que aportar una prueba, con su denuncia basta y sobra. Naturalmente, de fraude yo no se nada.