La capilla ardiente de Camilo Sesto abrió sus puertas el lunes para todo aquel que quisiera darle el último adiós al reconocido artista español. Familiares, fans, periodistas y curiosos, podían entrar al sepelio sin restricciones, llevar flores, y versionar los temas más famosos del cantante, que falleció por un fallo renal a los 72 años.
Y mientras la multitud, un día antes del funeral, preparaba sus pancartas y carteles y ramos de rosas, al otro lado del charco, en México, el hijo del difunto, Camilo Blanes, no podía pagarse un boleto para viajar a España y despedirse de su padre.
Así lo confirmó él mismo a través de su cuenta de Facebook, donde aseguró que "nunca recibió el boleto de avión por parte del equipo de trabajo de su padre, para poder llegar a Madrid a darle el último adiós".
A las siete de la tarde del domingo, Camilo Blanes seguía sin reserva de avión. La capilla ardiente abriría sus puertas el lunes a las 11:00 de la mañana, y al terminar el día, Camilo Sesto sería incinerado cumpliendo con sus últimas voluntades.
Finalmente fue Lydia Lozano quien resolvió la situación. La periodista española siempre mantuvo una relación muy cercana con Lourdes Ornelas, ex pareja del cantante, y madre de su único hijo. Lozano consiguió que un representante llamado "Muro" pagara el boleto de avión a Blanes. Un gesto que a muchos reporteros del mundo del espectáculo consideraron interesado y oportunista.