Fue una de las muerte que más triste dejó al mundo entero. Lady Di era querida por todos y aquel accidente de tráfico, cuando apenas tenía 36 años de edad, provocó ríos de lágrimas tanto en su abarrotadísimo funeral como posteriormente.
Asimismo, también aparecieron quienes piensan que se trató de una conspiración, de un plan urdido para que la princesa de Gales perdiera la vida y dejara huérfanos a los hijos de Carlos de Inglaterra.
En esa versión entran ahora dos nuevos e importantes testigos que con sus sorpresivas declaraciones pueden hacer que se tambaleen las creencias sobre la muerte de uno de las personalidades más importantes del siglo XX.
Robin y Jack Firestone sostienen que su fallecimiento no fue accidental y cuestionan la verión oficial de principio a fin. ¿Quiénes son? Pues lo ocupantes del taxi que iba detrás del malogrado vehículo en el que murieron Lady Di, Dodi Al-Fayed y Henri Paul, el conductor.
Según le han contado al periódico Express, la pareja estaba en el lugar del siniestro poco tiempo después de que este sucediera y fueron los primeros en llegar por su posición de tesigos directos. Coinciden en que, segundos después del accidente, observaron "dos coches oficiales extraños" y "mal estacionados" justo por delante del Mercedes en el que viajaba Diana. Este hecho solo pudieron intentar contárselo a la policía.