Había decidido quedarme al margen de la discusión sobre la constitucionalidad de las primarias abiertas. Ello así por tres razones fundamentales. En primer lugar, no existe una propuesta de texto legislativo que las contemple y sobre la cual pueda ponerse la lupa del control de constitucionalidad sin riesgo de pecar de ambigüedad e imprecisión.
En segundo lugar, no era mi deseo aventurar una opinión que pudiese contaminar el sano debate público sobre el tema, lo que, en mi caso, se veía agravado por mi triple condición de miembro de la comisión de juristas designada en 2006 para la redacción del anteproyecto de reforma constitucional finalmente proclamado el 26 de enero de 2010, autor de un manual universitario de Derecho Constitucional y profesor de la materia en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra desde 1997. Y, en tercer lugar, porque, dado que existía una decisión del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en virtud de la cual se consultaría a un grupo de expertos sobre el tema, no quería -como entiendo que ningún otro experto constitucionalista- condicionar de ningún modo mi respuesta jurídica, si así me fuese requerida, a una pregunta concreta sobre una propuesta específica de texto legislativo, externando una opinión jurídica anticipada y apresurada, sin tener la oportunidad de estudiar ponderada y cuidadosamente un tema de tal trascendencia jurídica y política.
Sin embargo, puesto que mis reflexiones sobre el estatuto constitucional de los partidos, expuestas en mi manual de Derecho Constitucional publicado por vez primera en 2003 (volumen I) y en 2005 (volumen II), han sido presentadas por algunos en el sentido de que considero inconstitucional toda reglamentación legal de las primarias abiertas, he querido hacer pública mi posición general en torno al tema, máxime porque entiendo que todo jurista, en tanto intelectual público, y como bien afirma Jürgen Habermas, “sin ser preguntado, esto es, sin que tenga que recibir encargo por parte alguna, debe hacer un uso público del saber profesional del que dispone”. Por eso, he decidido dejar constancia pública de mi posición sobre el tema de la constitucionalidad de las primarias abiertas.