Recibimos una carta. Para este incipiente medio, es más que una satisfacción…un honor, porque es la prueba contundente de que estamos en el camino. El remitente es un dominicano que ingresó hace cuatro décadas al triste exilio económico, en el que se ven compelidos miles de compatriotas, cuando se pasaba por el aeropuerto de de Punta Caucedo con el clásico “machete”.
El, de origen campesino y con cuatro hermanos muy parecidos físicamente, lograron burlar a los empleados de Pan American aquí y en la ciudad de New York, donde con períodos de dos o tres meses utilizaron el mismo documento de viaje, no despertaron sospechas ante migración y llegaron como a su casa.
Conocí a uno de ellos en la vieja escuela Federico García Godoy de la ciudad de La vega. El primer día de clases en el sexto grado, donde compartíamos Jaime Manuel Fernández, Tito García y otros muchachos del pueblo, el joven que vino del campo tuvo la osadía de ir al baño y lavarse la cara en el inodoro. Ignoraba completamente el uso de ese artefacto de higiene. Al paso del tiempo cultivamos una gran amistad. Lo enseñamos a montar en bicicleta y a comer con cuchillo y tenedor.
Y hoy al recibir la grata noticia de su “reaparición”, en la ciudad de Orlando en el estado de Florida, donde vive junto a sus biznietos, nietos e hijos es una gran sorpresa.
“Siempre te veo en los programas de television que llegan por el satélite y como siempre me ha gustado tu estilo, tu verticalidad y la forma de presentar tus comentarios y tus noticias. Ya no soy el muchacho que se lavo la cara en el inodoro. Hoy soy un abogado de Migración con treinta anos de ejercicio. Nunca te he visto participando en política. Nunca te he visto con banderas de ningún partido. Nunca te he visto ofendiendo a nadie por política”
“Miguel Angel, aunque no eres político ni has estado nunca en esos menesteres, me gustaría que un día que te toque ver o encontrarte con el Licenciado Danilo Medina, dile que todavía espero verlo juramentándose como presidente de la Republica Dominicana”
Le hago llegar el mensaje al licenciado Medina y de paso un día de estos lo visitare y le entregare el mensaje que nos envío este dominicano, amigo de hace mas de cuarenta años.
Y no se me olvida mencionar que ese amigo es el doctor Luis A. Pérez. (El Campesino).
Gracias por su atenta carta.
