Un
tribunal de la República, bajo un ordenamiento jurídico, que se rige
por leyes consagradas en la constitución de la República, ha hecho un
dictamen, después de haber oído a las partes de una disputa en un juicio
público, oral y contradictorio.
Un juicio por demás, manejado con prepotencia, altanería e irrespeto, por la parte acusada, que ante la falta de argumentos y de pruebas, trataron de recusar hasta a la jueza.
Creyeron que eran el tribunal de Acroarte que manejan a su antojo.
Es hora de que se entienda de que en el país hay instancias a las cuales apelar cuando se violan tus derechos.
Mientras ahora mismo Acroarte se encuentra sumida en una crisis, el presidente de la asociación se encuentra de vacaciones en una gira con toda la familia en Disney World, a lo cual tiene perfecto derecho. (El año pasado la hizo con toda la familia por Francia).
Creemos, sin embargo, que las instituciones deben ser manejadas de otra manera. No en base a tanta arrogancia y prepotencia, olvidando que hasta hace dos años era un humilde vecino del sector de Pantojas.
Ahora vendrá el pataleo...tienen derecho a ello.
La justicia habló. Es cuanto.