Una cosa es ser adicto al trabajo y otra es ser trabajo–dependiente. En la primera versión están los que creen que el trabajo no puede vivir sin ellos, mientras que en la segunda se encuentran los que creen que no pueden vivir sin el trabajo.
Hago la diferencia porque las causas que nos llevan a estas adicciones, parecidas pero no iguales, son las que debemos trabajar si queremos sobrevivir en este mundo inmundo de las presiones financieras. Sí, es que en definitiva, el gran problema del trabajo en adicción son las finanzas.
Cuando creemos que el trabajo no puede vivir sin nosotros, por lo regular, somos dueños de un negocio o empresa (bueno, la realidad es que el negocio o empresa es dueño de nosotros) y en el resto de los casos tenemos una importante posición que hace que seamos parte del corazón del día a día. Este tipo de dolencia no se quita con una terapia:
- Lo primero que hay que hacer es reconocer que pertenecemos al día a día de la empresa y que hemos logrado hacer un sistema de trabajo que lleva a la empresa a morir si no estamos (o por lo menos, eso creemos).
- El segundo paso a dar es conseguir que la empresa deje de ser dueña de nuestras acciones fuera del horario de trabajo... hay que crear un nuevo proceso que permita a la operación seguir si no estamos. Recuerde que si se enferma o deja de inhalar y exhalar, el negocio no debe morir. Entonces, el mejor momento para conseguir un éxito a pesar de nosotros no estar, es ahora.
- Tercero, ya podrá comenzar a disfrutar de horas de ocio y vacaciones...
Por otro lado, tenemos los que no podemos vivir sin el trabajo. Esto no es real, es una simple protección que buscamos y nos hacemos pasar por adictos porque es la mejor excusa para ser comprendidos:
- Algunos tenemos miedo de que si no estamos en la empresa más tiempo del necesario, un día pueden pensar que no somos necesarios.
- Otros pensamos que si no damos cada día más, la empresa no llegará a ser lo que soñamos, y si ya es lo que soñamos, entonces comenzamos a soñar más alto.
- Otros somos obligados hoy en día a estar dentro de la empresa por horas interminables... Aprovechándose del mercado laboral, las empresas les colocan más trabajo a las personas, reducen personal y le exigen más esfuerzo; todo esto para aumentar sus ingresos y ganancias, en detrimento del colaborador y su entorno. Sí, precisamente maltratando al causante de que la empresa haya crecido, con su trabajo y dedicación. Contrario a lo que se ve en el día a día, los responsables de los malos resultados son los que toman las decisiones y no controlan las ejecuciones, esos que cuando algo anda mal, echan al personal que sólo puede ejecutar esas malas decisiones.
- Existen también los que creen que sin ese trabajo morirán de hambre. Y le aseguro que si piensa así, posiblemente será así. La mala noticia es que ya las empresas no tienen corazón, no son emocionales sino racionales... Sólo tienen una hoja donde apuntan ingresos y egresos, y eso es suficiente para evaluar si necesitan o prescinden de nuestros servicios. Entonces, por lo regular, el que piensa que no puede vivir sin ese trabajo, tiende a convertirse en un obstáculo dentro de la empresa. Procure profesionalizarse y saber que puede hacer otras cosas o puede ser visto por otro departamento o empresa; de lo contrario, su dependencia del trabajo lo hará independiente, además de amargado y fracasado.
Este segundo grupo, los trabajo–dependientes, necesita de una terapia: En primera instancia, ésta no tiene que ser de un profesional de la salud mental; puede hacer un primer intento pensando que realmente no tiene que seguir haciendo lo que está maltratando su salud y su Calidad de Vida. Si encuentra la razón por la que es adicto, entonces podrá trabajarla. Si no puede solo, entonces no dude en encontrar un profesional, no un amigo de esos que saben todo, de los que a cambio de un trago le pueden arreglar el mundo.
La adicción al trabajo es un mal de nuestra época, por eso muchos países están tomando decisiones drásticas contra las empresas que la fomentan o la dejan crecer dentro de sus colaboradores. Al final, las empresas se dan cuenta que tener colaboradores sanos y felices en su vida personal es mucho más productivo.
Nos vemos en la próxima entrega.
FRASE DE LA SEMANA
“Ser dependiente del trabajo no hace al trabajo dependiente de mí”.
Diego Sosa
Escritor, Coach y Conferencista dominicano
© Ing. Diego A. Sosa. Escritor, Conferencista, Consultor, Coach y Facilitador de Empresas y Profesionales. Owner Mercurio Entrenamiento y Consultorías S. A.
e-mail: Diego@DiegoSosa.info
WEB: www.DiegoSosa.info