Sin haber disfrutado a plenitud la emoción de haber alcanzado el boleto olímpico, varias integrantes de la selección nacional de voleibol retornaron ayer a las distintas ligas donde refuerzan en el extranjero. Otro grupo hizo maletas para viajar hoy.
La capitana Priscila Rivera salió ayer lunes con destino a Hungría, donde vestirá el uniforme del equipo Ute Profi Sport, mientras que la opuesta Gina Mambrú salió hacia Indonesia para unirse el Club Yakarta.
Cristóbal Marte, presidente del Proyecto Nacional de Selecciones Femeninas de Voleibol, resaltó que Priscila comenzará ahora en la liga húngara porque no quiso separarse de los entrenamientos que hubo de cara al Torneo Clasificatorio Norceca.
“Ella prefirió dejar de ganar sus salarios de octubre, noviembre y diciembre para no descuidar su preparación”, reveló. “Puso el país por encima a su interés personal. Eso hay que decirlo”.
La central Lisvel Eve Mejía encabezó a un trío que regresó a Perú, donde milita con el conjunto San Martín de Porres.
Junto a ella viajaron Natalia Martínez y Erasma Moreno, quienes refuerzan al Géminis, dos jugadores de esquinas que también aunque no hicieron el equipo vinieron para tomar parte en los entrenamientos de la preselección con miras al recién finalizado Torneo Norceca Femenino de Voleibol.



















