UNIVISION
En 2009, el bufete panameño Mossack Fonseca vendió
una sociedad y ofreció servicios a un grupo de personas que tenía
antecedentes penales y vínculos con escándalos financieros públicamente
conocidos en Guatemala y Panamá. La empresa la presidía la guatemalteca Marllory Chacón Rossell, quien posteriormente fue identificada como la más activa lavadora de dinero en su país y líder de una célula del cártel de Sinaloa.
Pese a que en ese momento no se sabía públicamente de las actividades
ilícitas de Chacón, una simple investigación le habría permitido a la
firma de abogados enterarse de que otros dos integrantes de la empresa
arrastraban problemas legales. Uno había confesado años antes su
participación en un envío de droga desde Panamá a Miami, y el otro era
investigado por los delitos de intermediación financiera, estafa,
apropiación y retención indebidas en Guatemala.
La alerta de que Mossack Fonseca tenía al frente una posible
infiltración de intereses del narcotráfico no provino de su oficina
interna de prevención de lavado, sino del gobierno de Estados Unidos,
que en 2012 identificó a Marllory Chacón como líder de un grupo
narcotraficante que operaba en Guatemala, Honduras y Panamá.
Así lo evidencia una investigación global en la que participó
Univision Noticias junto con el Consorcio Internacional de Periodistas
de Investigación (ICIJ), a partir de millones de documentos secretos
provenientes de dicha firma de abogados.