Manuel y Hermes han logrado mantenerse en la televisión gracias a su entrega en el trabajo.
Santo Domingo.-Manuel y Hermes
Meccariello son dos jóvenes talentosos que a pulso se han mantenido en
la televisión dominicana por más de 25 años.
Irrumpieron en la pantalla chica siendo niños y fueron creciendo con el día a día de cada dominicano que lo veía en televisión.
Ahora, convertidos en adultos y con una madurez empresarial que los
ayuda a mantenerse tranquilos ante su programa “En acción con Manuel y
Hermes”, ambos dan un repaso al pasado y cuentan un poco de una historia
que los ha traído hasta estos días.
El primero en hablar es Manuel, quien recuerda que sus inicios se
dieron en “Sábado chiquito”, desde donde salieron para tener su propio
espacio, el que hasta el día de hoy mantienen en el aire en Radio
Televisión Dominicana.
Su madre ha sido vital para su carrera, ambos coinciden en que ha
sido la formación familiar lo que ha hecho que ellos estén hoy en
televisión, sin escándalos, conforme con lo que han logrado y ambos
criando a sus hijos con el trabajo tesonero de ser comunicadores.
Hermes tiene dos hijos, y asegura que trata de pasarle la misma
crianza que a ella le inculcó su progenitora, donde los valores y
trabajar arduamente para conseguir sus logros fue lo que primó en su
crianza.
Un mal momento
Asegura haber superado el trauma causado por una mala práctica médica
que la llevó a postrarse en una cama por varios meses y a revelar hoy
que eso hizo que s gastaran todos sus ahorros, incluidos los de su
hermano.
“No vuelvo hacerme una cirugía plástica jamás en mi vida, tanto así
que hasta mis implantes de seno terminé quitándomelos”, aseguró.
Manuel tiene un niño de diez años, al que adora y lleva por el camino de que las cosas no se consiguen fácilmente.
Son hijos de padre italiano, con el que dicen no tener mucho
acercamiento, lo que no les ha impedido mantener una carrera en la
comunicación y además obtener un título de Administración de Empresas en
la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).
Suspiran y dicen que nunca han pensado dejar la televisión, porque
aprendieron a trabajar para los tiempos de “vacas flacas”, pero admiten
que en esta profesión han llorado, reído y respirado hondo; aguantaron
abusos de poder,s entre otras vejaciones, pero nada de esto le ha hecho
claudicar y perder sus valores.
“Mi mamá siempre nos decía las cosas que estaban bien, y nos
recordaba que teníamos que saber lo que es tener la moral en alto, lo
que uno hace mal luego se destapa.
La formación familiar no se debe perder, el criterio de nosotros ha
sido ese siempre, cuidarnos y cuidar todo lo que sacamos al aire”,
explican.
Su consejo para la nueva generación es: “Tener credibilidad, no ser
ambicioso, y no creer que la televisión te convierte en millonario
rápidamente.
Eso de tener grandes cosas con la televisión es una fábula, nada es
verdad”. Ambos sienten que hay muchos jóvenes que van a la televisión
como un hobby, no como un trabajo.