En ese cuadro se encajan dos grandes dominicanos Chelo Ramírez propietario de Marisco Centro en el Alto Manhattan y Juan Romero propietario de Rubio Café de Corona Queens, ambos son dos dignos representantes de la dominicanidad en ultramar, ambos son empresarios de la gastronomía y el entretenimiento, ambos son filántropos que mantienen instituciones de servicio social a las cuales le han dedicado tiempo.
El Rubio como conocemos a Juan Romero es un ejemplo vivo de humildad y de entrega, ha sido un hombre integro que con ejemplo ha podido salir en la comunidad de Queens y ocupar un lugar de preferencia en el gusto de los hispanos de la multi etnica comunidad neoyorquina y más que eso ha sido un soporte de apoyo de los peloteros dominicanos de grandes ligas desde su empresa.
En el caso de Chelo Ramírez es un entregado filántropo y empresario que ha abierto sus puertas a la patria que le vió nacer y ha podido calar profundamente en el sentir popular, tanto Chelo como el Rubio han trabajado de campana a campana para mantener en alto su moral y sus principios, para mantener en alto el nombre de su familia y para poder mantener intachable el nombre del dominicano ejemplar y laborioso.
Ambos tienen muchas similitudes, ambos trabajan en negocios especializados en comida, bebida y gozadera, ambos trabajan en el aspecto social a lo interno y externo, pero ambos también han sido timados por el mismo grupo de trepadores que en nombre de la comunicación se han acercado para sacarle su plata de los bolsillos a como de lugar.
Chelo Ramírez lo han saturado de tal forma que ha tenido que cambiar la temática y aplicar el principio de un plato de comida por un Spot, porque si seguía abriendo su alcancía económica quedaría desangrado y llegaría a la quiebra, tal cual le ha pasado a otros empresarios similares que las pirañas de la comunicación se acercaron y lo disecaron como momias que hoy son letra muerta para la historia, a esos le comieron su comida, le tomaron sus vinos y cervezas, le sacaron la plata y lo ayudaron a caer llevandole amigos de adentro y de afuera a festejar a sus anchas, porque a lo que nada nos cuesta hagamosle fiesta
Chelo tiene que pasar revista al entorno en los últimos tiempos, porque muchos que se venden como santurrones en vez de hacerle bien a su negocio le están haciendo mal y eso va en detrimento del crecimiento empresarial, sobre todo cuando quienes usan su recurso lo único que aportan es atraso y desvío de pueblo.
En el caso de Rubio Café sabemos de uno que otro comunicador que no solo trató de timarlo una vez, sino que le vendió sueños, castillos en el aire y aprovechando la presencia en New York de una famosa figura del espectáculo mundial, queria darle como vulgarmente decimos un tumbe, desconocían esos personajes de la oscuridad metidos a comunicadores, que El Rubio Café mantiene un vinculo familiar muy cercano con el artista, por lo que le fue imposible alzarse con la alforja que el Rubio había logrado entre sus amigos para darle apoyo al monstruo del arte llegado a New York y en apuros económicos
El Rubio Café como Marisco Centro, son dos escenarios que hay que proteger, apoyarlo y dar seguimiento por el tipo de propietarios que tienen ambos negocios, en el caso de Corona, el Rubio mantiene a raya las tarántulas que de otros condados llegan a Queens y eso le ha dado frutos positivos, en lo referente a Chelo y Marisco Centro, tiene que replantearse la idea y comenzar a poner dique de contención porque ya está bueno de que lo sigan usando por su espíritu bonachón y no contestatario, debe saber Ramírez que muchos buenos dominicanos quieren llegar a él pero detienen el paso porque en su entorno hay "titiriteros" que más que sumarle le restan y eso no se ve bien.