Rubor periodístico
Por Alfonso Quiñones
Los periodistas de vergüenza estamos perdiendo la batalla.
Hay
demasiada gente metida a comunicador, sin cultura y sin estudios, que
por solo tener acceso a una página web, un blog, un programa radial o de
televisión, echan por tierra los años de preparación y de sacrificios
de quienes tienen el periodismo como una pasión, como una religión, como
un destino y un estado de ánimo.
La
rueda de prensa que ofreció Anthony Romeo Santos en el hotel Hilton, el
pasado viernes, terminó convirtiéndose en una vergüenza. Lo dije a
quienes estaban presentes, al final.
Después
de algunas preguntas que pudieron hacer algunos de los periodistas de
verdad que allí estaban, el rumbo decayó hacia unas jóvenes que sin el
menor tapujo tuvieron una actitud realmente repudiable en cuanto a ética
periodística se refiere.
No
estoy para nada en contra de los comunicadores que tienen blogs o
páginas digitales. Tampoco en contra de los que sin estudiar periodismo
son periodistas. Porque los hay de diploma y maestrías, que tienen
faltas de ortografía o de sintaxis hasta en la mirada. Estoy
definitivamente en contra de que mezclen -en un fatal ejercicio de falsa
democracia- a mansos y cimarrones. Hasta dos turistas había.
Una
joven de un programa radial le preguntó que cómo se sentía al ser el
primer dominicano nominado en la historia a los Grammy Awards. Romeo
quizás se sintió sorprendido con aquello de que era el primer dominicano
nominado a los Grammy Awards. El facilismo, la falta de preparación e
información, campean por su respeto. Si hubiese buscado en Google
hubiese sabido que Juan Luis Guerra estuvo nominado en el 2010 por
"AsondeGuerra". Karina Pasián estuvo nominada a los Grammy americanos en
el 2008 como Mejor Álbum R&B por "First Love". Michel Camilo se
alzó en el 2000 con un Grammy al Mejor Album de Jazz Latino por "Camilo
& Tomatito - SPAIN". Y repitió en el 2004 con "Live at the Blue
Note". Y esos datos los recopilé en apenas tres o cuatro minutos, a ojo
de buen cubero. Deben faltar más.
Peor
fue lo que sucedió cuando una joven de sabrá Dios qué remoto medio
digital de cuatro seguidores, le dijo a Romeo lo bueno que él estaba y
que si ninguna chica de las presentes le había dicho nada en la mañana
de hoy. Otra o la misma, ya no sé, de un blog con nombre de pescado
-¡Dios mío, dame la mediocridad!-, de una remota región del país,
sostuvo su participación en que si él era primo de perencejo y perencejo
era un primo segundo o conocido de ella. ¡Así no, por Dios!
Con
esos puntos municipales y espesos terminó la rueda de prensa de donde
tuvo que sacarse a Romeo en andas, como si se tratase de un encuentro
con un colegio de chicas de secundaria.
¡Cuánta razón tiene Mario Vargas Llosa cuando nos alerta sobre la superficialidad, el mal gusto y la banalidad!
Los
organizadores deben realizar encuentros con la prensa de manera
seleccionada. Y si lo que quieren es mover al público de blogueros de
séptima categoría, pues que realicen los encuentros con estos y se lo
expliquen a los artistas. No vaya a ser que las estrellas se vayan a
creer que esos son los periodistas dominicanos.
Que
estoy seguro que Romeo, quien se ha enfrentado a colegas de los cuatro
puntos cardinales, ahora mismo debe pensar que los de aquí somos del
nivel de la que le dijo que él estaba muy bueno. ¡Echa pa'allá!!!(Diario
Libre)