Un entorno lleno de verdor, unos 90,000 metros de plantaciones, compuestos de 21,724 plantas, le han devuelto “el respiro” que tanto anhelaban los residentes de La Vieja Barquita. Allí el aire limpio y fresco, el contacto con la flora, y las vivencias que comparten sus moradores, les ha permitido conocer, cuidar y respetar más la naturaleza.
Lejos de la contaminación que en años anteriores había hecho de esta barriada un lugar poco saludable; la siembra de distintas especies de plantas entre ellas herbáceas, acuáticas, arbustos y árboles, ha proporcionado mejoras físicas y ambientales a esta demarcación.
Según el biólogo Ricardo García, director Jardín Botánico Nacional Doctor Rafael María Moscoso, este proyecto permite la conservación endémica dominicana, ya que en este espacio hay un gran número de especies que están en peligro de extinción.
De igual manera, puntualizó García que este proyecto mejora los servicios y la calidad ambiental de esa área, reduciendo la contaminación de algunas plantas que debido a su composición orgánica sirven de filtros y de “trampas” para los contaminantes.
“La gente va a tener un espacio para ir a disfrutar, interactuar con la naturaleza, es decir, que las familias que viven ahí podrán hacer picnic en ese espacio habilitado para esos fines, también se va a educar y controlar el vertido de los desechos sólidos”, expresó García.
Asimismo, dijo que estas plantas dan paso al esparcimiento de sus habitantes y el paisajismo del entorno, creando de esta manera un lugar de ocio y tranquilidad para que los mismos puedan crear vivencias en familia.