Como quien no quiere la cosa, Listín presentó en
su edición digital del viernes en la tarde dos noticias importantes, una
debajo de la otra, con los siguientes títulos: “Constructora Odebrecht:
no fuimos los primeros ni seremos los últimos en pagar sobornos”. Y la
otra: “China y España están ocupando el espacio dejado por Odebrecht en
América Latina”.
Podrá parecer pura coincidencia, pero no lo es porque ambas noticias
partieron del mismo origen: un foro de la industria petroquímica,
ingeniería, construcción y mantenimiento de infraestructura celebrado
con la participación de medio mundo en Nueva Orleans, Estados Unidos,
con el patrocinio ¿saben de quién? De la mismísima Odebrecht.
Fue el escenario ideal para que el actual CEO de Ingeniería y
Construcción Internacional de la empresa brasileña, Falvio Faría, se
despachara con la siguiente expresión, que tal vez resultara insultante y
ofensiva si no tuviera tanta razón: “No somos los primeros, y seguro
que no seremos los últimos en incurrir en la práctica delictiva del
soborno; nosotros no vamos a volver a hacerlo (…) aunque sabemos que hay
otras empresas que siguen haciéndolo…” Pero no se quedó ahí: “El pago
de sobornos forma parte de la naturaleza humana y es una práctica
extendida a todos los sectores económicos, y no sólo en el mundo de las
infraestructuras… Es una práctica común en todas las actividades
económicas del mundo. (…) Existe en todos los países y en todas las
industrias. Las sociedades tienen que tener mecanismos de control y de
castigo; de lo contrario, no se va a resolver