Como cada año, este miércoles se esperan muestras espontáneas de afecto
hacia la que sigue siendo la princesa favorita de los británicos, la
princesa del pueblo, la princesa de corazones.
Su abrupto final despertó
suspicacias y obligó a que se abrieran tres investigaciones oficiales
(una de la policía francesa y dos de la británica) a lo largo de todos
estos años para tratar de esclarecer las causas de su muerte.
La primera
investigación la inició la policía francesa inmediatamente después del
accidente el 31 de agosto de 1997 y concluyó, dos años más tarde, que la
causa de la muerte fue la negligencia del conductor, Henri Paul.
Esta
versión no satisfizo al padre de Dodi, el multimillonario egipcio
Mohamed Al-Fayed, el propietario de los almacenes Harrods de Londres,
que sostenía que Diana y Dodi fueron víctimas de un complot de los
poderes del Estado británicos, de los servicios secretos y de la
monarquía, liderados por el príncipe Felipe de Edimburgo, el marido de
la Reina.