Por Bolívar Balcacer
Martín Luther King Jr. en uno de sus memorables discursos, cuando se vió acorralado e informado que se planificaba su muerte dijo "Al final, no nos acordaremos tanto de las palabras de nuestros enemigos, sino de los silencios de nuestros amigos"
Cuando el pasado 22 de febrero se dió a conocer el apresamiento en Panamá del productor de Espectáculos de origen Dominicano Franklyn Romero, la mayoría de medios dominicanos dieron la información con bombos y platillos, parecía que todos querían la primicia, muchos incluso que fueron favorecidos por Romero específicamente comunicadores de Farándula, se desplazaron con la información y otros se distanciaron de la amistad que tenían con el productor porque se le vinculo a asuntos de Narco y lavado en los Estados Unidos.
Ese distanciamiento permitió rápidamente evaluar quienes eran leales y quienes traidores, pocos escribieron a favor de Romero, la mayoría eliminó de sus portales la publicidad que mantenían de la empresa Premium Latín Music, S.A de su propiedad, entre esos pocos que se mantuvieron firme y aun siguen en su postura de amistad, están Miguel Angel Herrera, Frederick Martínez y Aridio Castillo, los demás como siempre se mantienen en la madriguera y como el hurón solo salen de noche a robar huevos y dan algunas pinceladas como para justificarse.
Es verdad que aún su caso no está cerrado, pero el paso que el magistrado fiscal de la corte de New York dió con el empresario es una muestra de que todo va en franca solución, a pesar de que en el 2000 cuando pasó el problema este desapareció de la gran babel de hierro, no menos cierto es que todos sabían sus pasos y sus movimientos en dominicana, las autoridades neoyorquinas por un asunto de logística, tenían conocimiento también de las propiedades que posee Romero en la gran manzana, sabían y saben que sus hijos residen en New York, que estudian aquí logrando notas excelentes, que muchos latinos trabajan para sus empresas, las que están legalmente constituidas pero más aún, la propia embajada americana en Santo Domingo sabía cada movimiento de Franklyn Romero porque su nombre era de dominio publico y lo sigue siendo.
Franklyn Romero a quien hemos visto una sola vez en nuestra vida, luce un hombre tranquilo, ecuánime, en este trance de su historia, ha mantenido con gallardía la paciencia y se ha sometido ante la ley con la responsabilidad de que quiere dejar limpia su hoja de vida y ha estado dispuesto a cooperar en todo lo que tiene que ver con un caso fruto de la muchachada del pasado que hoy le persigue pero que indica que dado su estilo y responsabilidad, la ley al final le perdonará porque en el tiempo Franklyn Romero se ha restaurado y ha demostrado ser un hombre positivista y de apoyo laboral e institucional para la gran nación del norte y Republica dominicana, al menos eso lo ha demostrado ante el magistrado y sus obras filantropicas así lo indican
Franklyn Romero debe darle gracias a Dios por diversas cosas sucedidas, la primera porque su caso se ventila en un marco de respeto y de dignidad legal que al final le favorecerá, la segunda, que ha podido demostrar que quiere estar bien no solo con la ley sino con la sociedad, su conciencia y con su familia y la más importante y tercera, que este problema que está llegando a su solución al parecer, le ha permitido clasificar a los aliados, a los enemigos, a los oportunistas y a los vividores que en nombre del periodismo solo se favorecieron de su dinero, para escalar posiciones y venderse como la ultima cocacola del desierto.
Cuando finalmente la ley dé su veredicto y él pueda transitar por el planeta sin problema alguno, entonces tendrá que tomar su tiempo y clasificar con una lupa a los que deben y no deben llegar a él, aplicando el principio del Sacerdote Saleciano Juan Melchor Bosco conocido mundialmete como el padre Don Bosco que decía "Hay tres clases de compañeros: unos buenos, otros malos, y otros, en fin, que no son ni lo uno ni lo otro. Debéis procurar la amistad de los primeros; ganaréis mucho huyendo completamente de los segundos; en cuanto a los últimos, tratadlos cuando os sea necesario,evitando toda familiaridad.
En hora buena campeón, la luz cristalina del Sol te acompaña para que puedas mirar más allá del horizonte.
Hasta nuestro próximo comentario
