Pueblo dominicano,
No puedo comenzar estas palabras sin hacer llegar mi más sincero pésame a todas aquellas personas que están sufriendo por la pérdida de un familiar o un ser querido, como consecuencia de la pandemia.
Nuestros pensamientos están junto a ellos y, por supuesto, junto a todos esos dominicanos y dominicanas que, aquí en nuestro país y fuera de nuestras fronteras, están luchando en estos momentos con la enfermedad.
Muchos de ellos quizás nos estén escuchando desde su aislamiento y quisiera, de todo corazón, hacer que se sintieran arropados por la fe y la solidaridad de todos nosotros, sus compatriotas, que confiamos en su pronta sanación y los acompañamos con nuestras oraciones.
Familia dominicana,
Es difícil aceptar cómo ha cambiado nuestra realidad en tan poco tiempo.
Más de 2 millones 200 mil personas se han contagiado en todo el mundo y más de 148,654 han fallecido en los últimos meses a causa del COVID-19.
Este enemigo invisible ha logrado detener vuelos, empresas, comercios y ciudades enteras. Ha cambiado la forma en que vivimos, trabajamos, compramos. Ha sido capaz de frenar hasta los abrazos.
Realmente, nunca habíamos vivido nada igual.
Y, sin embargo, incluso frente a esta difícil amenaza, la humanidad está saliendo adelante, está luchando sin descanso por la vida y está encontrando nuevas formas de demostrar el amor.









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