Madrileño, futbolista (portero del Real Madrid), aspirante a abogado y letrista (era su intención tras el accidente que le apartó del campo), ganador del festival de Benidorm (1968) y asiduo de aquella noche marbellí (“no hay verano en Marbella sin Julio Iglesias”, siguen diciendo). A Málaga continúa acudiendo aunque de cuando en cuando. A Marbella no, pero cerca, a Ojén la localidad del interior donde se encuentra una de sus más espectaculares fincas. El verano pasado estuvo allí, aunque apenas se dejó ver.
Poco queda de aquellos años tan patrios. Entre otras cosas, porque Julio Iglesias lleva desde principios de los 80 viviendo fuera de España. Primero en Miami (tan de allí es que desde hace 20 años el 8 de septiembre es el Día de Julio Iglesias en la ciudad de Florida) y después en la República Dominicana. Ahora podría estar pensando en mudarse a Panamá. Según ha publicado ABC, el cantante ha adquirido una mansión en este país cuya capital recuerda a Miami. Teniendo en cuenta que se está deshaciendo de sus negocios en Punta Cana y que tiene a la venta su casa de Miami, este podría ser su próximo destino.
Desvergonzado, mujeriego, rey de los memes, sentó la cabeza con Miranda Rijnsburger, la modelo holandesa con quien lleva casi 30 años (se casaron en Marbella en 2010) y tiene cinco hijos. Los mayores los tuvo con Isabel Preysler, uno de los matrimonios más mediáticos de nuestro país que convirtió a la filipina reina del papelcuché español. Ella se quedó aquí y él se fue al otro lado del mundo.
Ha vendido 300 millones de discos y cuenta con más de 2.600 discos de oro y platino además de un Grammy. El dinero no es para él una preocupación. Por el momento, se desconoce el importe de su nueva propiedad panameña, pero eso no es un problema para este cantante con buena visión para los negocios. Un olfato que le ha afianzado en su posición de millonario.