El caos se apoderó de Washington este miércoles cuando el Congreso se disponía a confirmar al demócrata Joe Biden como próximo presidente, una formalidad que normalmente pasa sin pena ni gloria y que este 6 de enero de 2021 quedará escrita en los libros de historia.
Miles de seguidores de Donald Trump, azuzados por sus acusaciones infundadas de fraude electoral, rodearon el Capitolio y traspasaron de forma violenta los cordones policiales, provocando altercados dentro del edificio. La sesión fue suspendida, la ciudad decretó toque de queda y el mundo vio una imagen inaudita de Estados Unidos, el país que se enorgullece de ser la primera democracia del mundo.
El vicepresidente, Mike Pence, fue evacuado y los legisladores se pusieron a refugio mientras la policía usaba gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes dentro del edificio, tratando de evitar medidas más duras que desatasen una escalada de violencia. En televisión se podían ver imágenes de agentes de seguridad con sus armas desenfundadas protegiendo las puertas de las salas del pleno y de ciudadanos rompiendo las ventanas para entrar. Los comentaristas no dejaban de repetir frases como: “Esto es Estados Unidos de América” o “Esto es el Congreso de Estados Unidos”, desconcertados ante la deriva de su país.