Las presidenciales son el 3 de noviembre. Y hay sospechas de que el presidente Donald Trump presiona para que se apruebe su uso antes de los comicios.
Muchos expertos temen que Donald Trump presione para que se autorice una vacuna contra el coronavirus en Estados Unidos antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
Los científicos estiman improbable, aunque no imposible, que los ensayos clínicos arrojen resultados provisionales en los próximos dos meses.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) pidieron "urgentemente" la semana pasada que los estados hagan lo necesario para que los centros de distribución de una futura vacuna puedan estar "completamente operativos para el 1 de noviembre de 2020".
"Tendremos una vacuna segura y eficaz este año y juntos aplastaremos el virus", dijo el presidente Trump.
Su gobierno ha invertido 11.000 millones de dólares en varios proyectos de vacunas, comprando anticipadamente cientos de millones de dosis, cuya producción ya ha comenzado.
"Tendremos cientos de millones de vacunas disponibles antes de fin de año", dijo el viernes Paul Mango, alto funcionario del Departamento de Salud.
Dos fabricantes comenzaron la última fase de pruebas (fase 3) en Estados Unidos el 27 de julio y ya se han inscrito 15.000 de los 30.000 voluntarios que participarán en ellos, según Paul Mango.
Estas vacunas se administran en dos dosis separadas por 21 días en el caso de Pfizer y 28 días en el de Moderna. Las dos se basan en una tecnología (sobre el ARN mensajero) que hasta ahora no se ha demostrado que funcione.